No puedo evitar tenerle resentimiento. Esas ganas de querer llegarle para lastimarlo, para compensar lo que el hace conmigo, pero cuando le llego, cuando el me permite llegarle, me olvido, me olvido de todo, del resentimiento, de lo que el suele hacerme, de todo absolutamente, solo recuerdo que lo quiero y màs de lo que el merece. Claro que esos buenos momentos son fugaces, y cuando el vuelve a ser èl me siento estùpida, la màsinùtil de los mortales, el único sentimiento que me nace hacia mi es odio, me odio, me dan ganas de lastimarme, de sentir dolor, el mas profundo de los dolores que es cuando te duele el alma, y a la vez disfrutarlo por ser todo lo que merezco por imbècil. Luego quizàs nos vemos, y yo utilice el sexo para castigarme (dado que el SelfInjury no es lo mio). El punto es que yo le estoy entregando mi cuerpo, y con eso una parte de mi alma, y a el no le importa. Ese vacío, el sentirme desvalorada sintiéndome la màs baratas de las prostitutas, entregándome por completo a quien que no le importo nada, a quièn no le significo nada, sentir que quizàs el estè disfrutando de nuestra uniòn y no hacer màs que pensar en lo miserable, lo repugnable y lo descartable que soy. No merezco otra cosa, merezco lo peor porque soy una falla de la naturaleza.
Mi vida es una búsqueda constante de afecto. Una búsqueda permanente de alguien que me pregunte como estoy o con cuantas ganas de pegarme un tiro me levante. Lo cual es bastante contradictorio dado que, en mi caso, se trata de una persona que no se quiere (o se ama si se levanta liviana y se odia cuando es cerdo asqueroso). Estoy llena de contradicciones y de modos de actuar que carecen totalmente de lógica alguna. El tocarme la grasa es algo que me mata, no soporto hacerme tanto daño llenando mi cuerpo de basura, muchas veces el mirarme al espejo es doloroso, sobre todo cuando el espejo no te devuelve lo que querès ver, y sabès que tampoco te esforzaste lo que debías. Cuando sabès que podès ser mejor y no lo sos, te sentís desperdiciada.